Elena cuenta que ha trabajado su cualidad de liderazgo desde hace muchos años. Perteneció a las Asociaciones de Padres de familia de los colegios en los que sus hijos estudiaron. También asistía a la reuniones, asambleas y convocatorias realizadas por los líderes de su vereda y se interesaba por la forma en la que podía aportar a su comunidad. “Es importante que la gente participe, que se integren. Yo les digo a todos que hagan críticas y observaciones, porque si no las hay los líderes piensan que están haciendo todo bien. Siempre es necesario parar y escuchar lo que las personas dicen porque su opinión es muy válida”, recalcó.
Su primer contacto con el trabajo por la comunidad desde una instancia de participación fue la presidencia de la Junta de Acción Comunal. A este proceso llegó motivada por sus mismos vecinos y estuvo a cargo de esta OAC durante 5 años, de los cuales 2 fueron en medio de la pandemia del Covid-19. Desde este cargo, Elena logró gestionar para su comunidad un escenario deportivo, con el apoyo del Fondo de Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca. “Ver ese lugar deportivo que se construyó me llena de satisfacción. Ver a los niños entrenando, jugando, las familias compartiendo, todo eso es muy bonito”, agregó. Elena también organizó la primera celebración de un cumpleaños de la JAC de La Balsa Centro. Organizó un reinado de niños y adultos mayores, hubo artistas, un desfile de carros antiguos, almuerzo y muchas cosas más. Una semana después, el país entró en cuarentena por la llegada del Covid al país.
Con la participación en la JAC, Elena conoció dignatarios de otros sectores del Municipio y se hizo cercana a necesidades que trascendían las fronteras de su junta. En las elecciones de los Consejeros para el Consejo Municipal de Participación Ciudadana, Elena postuló su nombre para representar a las organizaciones del sector rural, a los campesinos. En ese momento, 21 juntas de acción comunal pertenecían a este sector y de este grupo 16 presidentes votaron por ella. Así fue como hace 3 años fue elegida Consejera representando a los campesinos del municipio. Este Consejo es la máxima instancia de participación ciudadana establecida por la ley 1757 del 2015, cuyo objetivo es hacer seguimiento y promover la participación de la comunidad en los procesos de la función pública. “Me gusta asumir los retos con responsabilidad. Por eso llegué al Consejo Municipal de Participación Ciudadana, en el cual he aprendido mucho. Al llegar, me encuentro con empezar a trabajar por la problemática que hay en el sector de campo, ya que es el sector más olvidado en el país. Nadie se pone a pensar que el campo es el sustento de la mesa de todos nosotros. Desafortunadamente el mismo hombre está acabando con el mundo porque ya todo se quiere envasado o empacado. Las personas piensan que un paquete de papas nace de ahí, pero nadie sabe dónde está la planta ni el proceso que se hizo para llegar a tenerlo en la mesa”, afirmó.
Sin embargo, Elena es consciente de que muy pocas personas conocen la existencia de esta instancia de participación. “Es importante que tengan sentido de pertenencia por su sector y municipio. Que se enteren de lo que se hace, de que hay un grupo de personas que les pueden apoyar y así cada vez más ciudadanos se involucren en el proceso”, recalcó.
Actualmente, Elena también hace parte del Comité de Estratificación del municipio, una instancia desde la cual puede aportar con su liderazgo a la solución de problemas de la comunidad de Chía respecto al estrato de su vivienda y recibos de servicios públicos. A este comité se postuló junto a 7 personas más y obtuvo la tercera mejor votación. Desde entonces asiste a las reuniones mensuales que se programan, en las cuales recogen todas las quejas y solicitudes del mes y buscan darle una solución.
A futuro, Elena planea seguir apoyando y liderando diferentes instancias de Participación Ciudadana desde las cuales pueda contribuir a las necesidades de sus vecinos y hacer realidad los proyectos que tiene en mente. “El proyecto es cubrir el escenario deportivo de mi vereda para que quienes lo usan puedan disfrutarlo sin riesgo de lluvia. También me gustaría tener voz en otra parte, explicar qué quiero, cómo podría apoyar, gestionar y terminar ese escenario que un día se empezó”, agregó.
Finalmente, Elena recalcó lo que significa participar para las personas que lo hacen, puesto que, en sus palabras, esto implica sacrificio, tiempo y amor por la labor social. “Participar no es solamente buscar ayuda cuando la necesito, sino asistir a las convocatorias, tener sentido de pertenencia. Cuando las personas se apropian del lugar en el que están, entonces apoyan y ayudan. Ver todo desde afuera se presta para criticar, pero cuando estoy dentro y me pongo al frente de las cosas es cuando me doy cuenta de que no tengo herramientas, ni acompañamiento, ni tiempo. La vereda tiene muchas cosas por lograr, solo necesitamos aportar un grano de arena y apoyar los procesos. La labor social es de corazón porque nadie lo hace con un honorario, se trata de algo que a uno le nace, que hace con amor y por gusto”, concluyó.