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CATALINA

 

Catalina Medina es Ingeniera Agrónoma, especialista en Gestión Ambiental. Tiene un hijo de 7 años y vive en la vereda Fonquetá en Chía hace 8. Durante toda su vida ha sumado experiencia en el área de Ordenamiento Territorial y en temáticas relacionadas con las Reservas Forestales. Sus cualidades como mujer, madre y profesional le han ayudado a fortalecer el trabajo con la comunidad y le han permitido en los territorios, escuchar a las personas, conocer sus necesidades y poder proponer soluciones desde su conocimiento y experiencia.

Ella llegó a Chía buscando encontrar un lugar sano y tranquilo que le permitiera mejorar sus condiciones de vida y, aunque al principio le costó adaptarse al cambio que implica moverse de una ciudad como Bogotá al sector rural, se enamoró de este municipio en muy poco tiempo y esta es la razón principal que la llevó a participar en varios espacios que le permitieran aportar algo a su comunidad. “Chía para mí ha significado muchísimo. Aquí nació mi hijo y me he sentido muy compenetrada con la gente de mi alrededor. Por eso he sentido la necesidad de trabajar por la comunidad, para que se mejoren las condiciones de nuestra vereda”, recalcó.

Luego de participar en espacios como la Junta de Acción Comunal de Fonquetá 2, apoyar proyectos de los líderes de su comunidad y estar inmersa en grupos que buscan el beneficio de su sector, Catalina decidió postular su nombre para ser delegada de Presupuesto Participativo para la Zona Occidental. En el año 2021, una de sus vecinas y líderes la invitó porque vio que desde su rol de madre, mujer y profesional podía aportar al proceso. “Nos pusimos a trabajar puerta a puerta, llamando a la gente. El trabajo fue un poco complejo, sobre todo convencer a las personas, porque muchas veces no creen. Como en la vereda Fonquetá que venía de experiencias con el Presupuesto Participativo en las cuales los vecinos veían que, por alguna u otra razón, no se ejecutaba el proyecto”, añadió.

El proceso de presupuesto participativo en el que Catalina fue delegada se llevó a cabo en el año 2021 y fue liderado por la Secretaría de Participación Ciudadana y Acción Comunitaria. Para la Zona Occidental se postularon 21 candidatos, de los cuales la comunidad eligió 8 para que los representara en el proceso. Durante la campaña, ella y otras personas que estaban participando buscaron recorrer el territorio y los hogares para contarle a la comunidad de qué se trataba el proceso, cómo se podía votar y, desde luego, las propuestas. “Ninguno tenía la intención de decir ‘vota por mí por esta razón’. La idea era que las personas conocieran el proceso y las propuestas. No importaba por quién votaran, sino que vieran que estábamos trabajando, que existía ese medio para acercarnos a la comunidad y a la administración y, sobre todo, que había que creer”, afirmó. Luego de este proceso en el que ella y los líderes del sector se dieron a la tarea de invitar a la comunidad a votar, Catalina fue elegida como una de las delegadas para la Zona Occidental. “A pesar de que nunca hubo esa competencia de si queda alguno y el otro no, cuando gané sentí alegría. Fue gratificante llegar a una labor tan importante y por voto porque eso me permitió estar y trabajar por y para la comunidad”, añadió.

Desde ese momento, Catalina llegó con una idea clara y con la necesidad de proponer proyectos que le ayudaran a potenciar la ruralidad con la que aún cuenta La Zona Occidental. Su propuesta se trató de la construcción de huertas caseras para la comunidad con las que los vecinos se pudieran beneficiar, resaltando la cosecha y el aprovechamiento de las aguas lluvias para optimizar los procesos agropecuarios de la Zona. “A pesar de que yo sabía que la educación es un espacio muy importante y que la mayoría de mis compañeros iban a optar por esa idea, yo quería defender la mía y proponerla”, recalcó. El objetivo para Catalina era resaltar el componente rural con el que cuenta el Municipio y su sector y su idea contó con el apoyo y la viabilidad de la Secretaría de Desarrollo Económico. Ella manifiesta que, aunque fue difícil convencer a sus compañeros de la importancia de esta idea y de que sí era viable, finalmente fue uno de los dos proyectos que salió a votación junto a la propuesta de educación para la Zona Occidental, que fue la ganadora, un proyecto influenciado por la experiencia exitosa que se realizó en el 2020 en la Zona Oriental. “Nosotros buscábamos que la gente creyera y al ver que muchas personas de esa zona se beneficiaron, nos preguntamos ¿por qué no replicarlo?, afirmó Catalina.

Durante el proceso Catalina ha afrontado momentos de satisfacción y también retos a superar. “Lo más gratificante es poder ver que la comunidad si se beneficia. Es un alivio increíble para muchas personas y que la Administración genere este tipo de ayudas pues es excelente. Además de ver que las personas sí creyeron, sí acudieron a inscribirse y en este momento se están beneficiando”, afirmó. Sin embargo, el tiempo fue uno de los obstáculos y retos más grandes que tuvo que afrontar Catalina durante el proceso. “Yo llegaba de trabajar y tenía que ir a las reuniones. A veces no tenía con quién dejar a mi hijo así que me tocaba llevarlo. Los espacios eran presenciales a veces hasta las 9:30 – 10:00 p.m. y disponer ese tiempo no es tan fácil para todos. En general, en el trabajo por la comunidad, uno debe disponer el tiempo de compartir en familia para ponerlo al servicio de la comunidad. Eso es lo complicado. Tal vez por eso muy pocos participan, pero hay que hacerlo”, añadió.

Además, Catalina manifiesta e intenta recalcar a su comunidad la importancia de que las personas se beneficien y que en este momento se vea reflejada la inversión. “En el proceso uno se encuentra con personas que no están contentas. Algunas quieren más, otras preferían un proyecto diferente. Se trata de decirles que vamos despacio, ayudando y fortaleciendo otros proyectos y de a poco haremos más cosas”, agregó.

Por el momento, Catalina seguirá apoyando los espacios participativos desde los cuales pueda trabajar por su comunidad. Ella ha participado activamente en las mesas de trabajo para la formulación de la Política Púbica de Participación Ciudadana, se sumó al Team Crack, un equipo ciudadano que aportará a dicha formulación, y seguirá vinculada al trabajo con los líderes del sector y la Junta de Acción Comunal. “Participar en espacios como la elaboración de la Política Pública me parece fundamental porque si no estamos, no esperemos que sea una política que de verdad nos beneficie. Es clave y fundamental apoyar con ideas y también aterrizar un poco la política. Que no sea solamente algo soñado”, recalcó. Además, Catalina manifiesta la necesidad de que la comunidad participe y ejerza ese rol que significa apersonarse del territorio y aprovechar los espacios que le permiten a la administración generar políticas y desarrollar gobernabilidad. “Si nosotros mismos como comunidad no hacemos uso de esos espacios, nunca habrá un mejoramiento. Hay que tomar banderas, tomar el trabajo en nuestras manos y sacar adelante ideas y proyectos para mejorar nuestra comunidad. Se trata de tener sentido de pertenencia. Yo no nací en Chía, pero mi hijo sí y yo vivo aquí. Amo mucho Chía, quiero trabajar por Chía. Quiero trabajar por mi comunidad y por que cada día se mejoren nuestras condiciones”, concluyó.